Bridget Jones (Rennée Zellweger), mujer en los treinta, rubia, soltera no por elección, obsesionada con el peso, entre otras cosas, decide, como propósito de Año Nuevo, ordenar su vida: dejar de fumar, perder peso, encontrar al hombre de su vida. No son demasiadas ambiciones ni profundas, pero los problemas y conflictos que le generan no tienen desperdicio. Para intentar cumplir sus propósitos, la protagonista decide llevar un diario. Bridget Jones vive en permanente estado de crisis. Su vida sentimental, un desastre, dividida entre dos hombres, su jefe Daniel Cleaver (Hugh Grant), un caradura, guapo, encantador y con mucho peligro y Mark Darcy (Colin Firth) el hijo de los amigos de la familia, un tipo aparentemente aburrido, serio, formal. En la vida de Bridget son fundamentales sus amigos Judi, Shanon y Tom, quienes con su consejos, amistad, copas compartidas, harán la vida de Bridget no menos caótica, pero si más amable. Vaya por delante que me lo pasé bomba con la película.
¿Quién no ha contado alguna vez los kilos que ha engordado mientras se zampa un bote de helado en plena depresión amorosa? ¿Quién no ha contado la cantidad de copas que ha tomado mientras sufre una resaca espantosa post-party?¿Quién no se ha planteado en algún momento porque todos los tipos que conoce en estado de soltería, son como los baños públicos, o son un asco o están ocupados? ¿Quién no ha contado el tiempo que hace que tuvo buen sexo? ¿Cuántas veces no has pensado que con ese tanga estarías monísima pero que no hay nada más cómodo que unas bragas de cuello vuelto?
Precisamente porque la película evidenciaba, con auténtico sentido del humor, algunas de las situaciones en las que una treintañera corriente, de las que pisan la calle, se puede encontrar, por eso y no por otra cosa tuvo tanto éxito. Algunos puristas podrán decir que es una estupidez de película, pero yo, seguiré riéndome con ella y recordando mi apartamento de soltera, las tanganas que allí se montaban y seguiré anotando, como entonces, si mi peso oscila más de lo recomendable. Para terminar, yo veo cine porque me gusta, porque me entretiene y porque como en todo, para pasar un rato bueno no siempre es necesario estar rodeado de lo excelente, basta con que nos caiga en gracia y nos de buenos momentos.
Salud y que la disfruten.